sábado, 7 de enero de 2012

Trastos viejos

Desde hace 11 años se realiza Autoclásica, la muestra de vehículos clásicos más importante de sudamérica. Y, aunque la aplastante mayoría de los vehículos expuestos se arrastran sobre la tierra, siempre hay algún lugar para el agua o el aire. En esta primera parte va un poco de las embarcaciones de madera que pudieron verse en las ediciones de 2009, 2010 y 2011.

El que tiene el honor de abrir el post es un Batitú, un barco diseñado por Germán Frers padre (o, a esta altura, abuelo) en el año 1944 para el Club Náutico San Isidro. El club estaba buscando un barco para niños y Frers presentó este diseño. El nombre del barco no tiene nada que ver con el hombre murciélago sino que surgió porque Germán Frers hijo (que por entonces tenía unos 3 años) cuando se refería al “barquito” balbuceaba algo así como “batitu” y así le quedó.



El velerito tiene una eslora de 2,6 metros –2,35 en flotación–, manga de 1,31, calado de 0,6 metros y 3,2 metros cuadrados de superficie vélica (en comparación, el optimist -diseñado en 1947- tiene 2,4m x 1,3m y 3,5 metros cuadrados de superficie vélica).

Acá puede verse el tamaño de la orza (en el diseño original era de madera):


Duró en funciones hasta principios de los ´70s, reemplazado por los optimist (el primer optimist llegó al país en 1969 a instancias del YCA). El barco de las fotos fue construido hace un par de años por Regge para celebrar los 100 años del CNSI y cualquiera podría hacerse uno, porque los planos fueron donados por Frers.


No se si es una cuestión de proporciones, pero parece tener bastante menos francobordo que el opti.



Este otro velero está construido en tingladillo, es decir, con las tablas exteriores superpuestas en lugar de enrasadas.





En esta foto se ve más en detalle la disposición de las tablas. Esta técnica de forrado permite utilizar maderas verdes en lugar de estacionadas, lo que aceleraba los tiempos y reducía los costos de construcción (y el rendimiento...).


Y ahora se acaban los veleros, acá una canoa del año 1939 con un motor Johnson de dos clindros opuestos.





Algunos fuera de borda de marcas ya desaparecidas, como este Archimedes sueco (del año 1925, 2hp monocilindrico).



O estos Elto:
2 hp monocilindrico (circa 1916):


un 3hp bicilindrico de 1924:


Ole Evinrude fue el primero en crear y comercializar un fuera de borda práctico. Elto fue la marca fundada por Evinrude después de vender la que llevaba su nombre. Después se fusionó con Evinrude (formando OMC, Outboard Motor Company), compró los motores Johnson, los astilleros Chris Craft y Four Winns e infinidad de otras empresas, llegó a tener el 60% del mercado de motores fuera de borda en Estados Unidos y ser la más importante a nivel mundial... hasta que fue a la quiebra en el año 2000. Los restos se los repartieron distintos compradores; en 2003 la división de fueras de borda la compraron los canadienses de Bombardier, que se concentraron únicamente en la marca Evinrude. Acá otro Elto, 4 cilindros opuestos y 18 hp:



Y para terminar por hoy, estas lanchas que se conocían como “tres puntos” porque sólo se apoyaban en el agua en tres puntos (los dos pontones y el motor… y, a veces, sólo el motor…), unos catamaranes, digamos…

La primera fue construida por el astillero Pagliettini y consiguió un record mundial de velocidad (en su clase) en 1971, con 169 km/h.






Esta otra es un diseño de Jorge Regnicoli construido por el astillero Claude, tenía un motor de 45 hp (4 cilindros y con 721cc competía en una clase de hasta 1000cc de cilindrada). Hector Boniface salió campeón 5 años seguidos con ella (de 1968 a 1972).



La tercera es una lancha de la clase Mojarra, creada en 1955 a instancias del Club Motonáutico Argentino. El diseño elegido fue de Oscar Pagliettini y tenían una eslora de 4,20m, manga de 2,15m y un puntal de apenas 50 cm. Llevaban un motor Ford V8 con una potencia que fue variando con los años entre 60 y 90 hp, la preparación estaba limitada a un solo carburador y las tapas de cilindros debían ser las originales (llegaban a unas 6500rpm, un montón considerando la edad de los motores).




Se corrían regatas en el lago de regatas de Palermo (el más grande), llegando a correrse hasta tres series de 7 a 15 lanchas cada una. El record de velocidad de la clase es de 134 kmh, conseguido por Alfredo Matthesius.

La próxima siguen las lanchas de fibra de vidrio.