Finalizada la actividad en el agua, luego de organizar la logística para la vuelta a Buenos Aires, participamos de la entrega de premios que se realizó luego de una cena en Tafí del Valle, a donde nosotros todavía no habíamos ido ya que dormíamos en una hostería cerca de El Mollar, a la vera del río en el que desagota el Dique.
Allí una vez más el apellido Casadei quedó en primer puesto, logrado con una serie de 8 regatas, todas terminando primero, virando solo una boya en segundo puesto (muy bien Eduardo Díaz Saravia).
Nosotros terminamos muy contentos con nuestra 20va posición en un torneo que contó con 55 pamperos de mas de 11 provincias.
Al mañana siguiente partimos en el auto de Agustín Calleri junto con Silvio(De LP fotos)- ambos nos dieron una gran mano sobre el final del campeonato con toda la logística y queremos agradecerles nuevamente-, y uno de los marineros que volvia para El Cadillal(donde está la sede principal del TYC), para hacer la bajada hacia San Miguel, que realmente brinda una experiencia muy vistosa.
Al pasar por ultima vez por el dique se podia ver todo el espejo cubierto con una gran nube bastante baja. Allí aprovechamos para despedirnos también de Enzo, quien estuvo acompañando a todas las tripulaciones durante nuestra estadia en Tucumán.
Y llegó el día, semanas de preparación logística para ese día, el último día de regata, el día que donde nos enteraríamos cuanto fruto había dado todo el esfuerzo que pusimos en las 6 regatas anteriores. La jornada empezó con la continuación de la asamblea de la Asociación que no había podido concluirse el día anterior donde se discutieron puntos importantes como la zonificación del país, las futuras sedes y algunos puntos del reglamento. El tiempo pintaba lindo al principio de la mañana pero después fue refrescando y al llegar el mediodía la comisión de regata anunció que se iba a correr, en principio una sola regata y después se vería si se hacían las 8va y la 9na. Las instrucciones de regata aclaraban que el mínimo era de 7 regatas.
La intensidad del viento fue creciendo y el gualdrapeo de las velas de los barcos en tierra sonaba como una hélice de helicóptero, la velocidad del viento al momento de zarpar era similar a la de los momentos más frescos de las dos anteriores fechas de regata. Zarpamos y nos dirigimos hacia la largada al tiempo que una pequeña pero densa nube asomaba desde abajo en el valle. Sólo los lugareños sabían qué nos esperaba(aunque nos lo habían prevenido); las primeras dos piernas se desarrollaron con normalidad, logramos una largada buena y gracias a la fuerte intensidad del viento pudimos ubicarnos a la cabeza del pelotón, no primeros obviamente, pero cerca. Buscamos el borde de la derecha de la cancha para llegar con buenas a la llegada en las dos ceñidas y gracias a los buenos cálculos de JP nos pudimos arriesgar a los laylanes, de donde, a diferencia de las otras regatas, salimos airosos. Hasta acá todo bien pero promediando la segunda ceñida se desató una especie de temporal con vientos de más de 20 knts calculo yo.
Asombrados por el fenómeno metereológico y muy contentos por nuestra performance cruzamos la línea en un puesto sub 10(puntaje menor a diez, o top ten), dos segundos adelante de otro pampero con malas, calculando pegar una orzada sobre la linea para llegar con el camino justo si nfrenarse, que luego nos enteraríamos que fue un 7mo. ¡Increíble! Sin embargo tuvimos que posponer la alegría para otro momento ya que ni bien cruzamos la línea, además de la cosa negra que ya estaba instalada arriba nuestro para ese entonces, apareció casi de repente una nube baja, blanca y neblinosa que se iba apoderando rapidamente del lago: y cuando digo baja no es a 50 o 100 metros es a 0 metros, ¡tocaba el agua!. Después de dar un rodeo por la cancha para confirmar que no se iba a largar otra regata inmediatamente, emprendimos el regreso al club. Fue espectacular, la lancha de comisión quedó dentro de la nube y dejó de ser vista por nosotros junto con muchos otros barcos que quizás de golpe aparecían de la nada.
Por suerte, pudimos llegar rápido a la costa en un rumbo relativamente derivado gracias a que cruzamos antes que muchos otros la línea de llegada pero gran parte de la flota no pudo ni siquiera llegar puesto que la borrasca los agarró a la mitad de la ceñida, algunos emprendieron directamente el regreso, otros no lo lograron... Hubo, creo que, un par de barcos tumbados, otro par desarbolado y un palo roto, terrible si estamos hablando de Pamperos.
Lo que siguió al arribo de todos los barcos fueron momentos de incertidumbre, alrededor de la posible hora en la que se podria llegar a largar la 8va regata, ya que el reagrupamiento de toda la flota con la asistencia de varias lanchas demandó bastante tiempo, dada la magnitud de la flota y el alpa puyo.
Con un cielo casi despejado y con la flota expectante(aunque con diversas apreciaciones), con mucha calma, una vez con todas las tripulaciones seguras en puerto, la comisión anunció una última regata, que debia largarse antes de las 17.30hs, cosa que pudo realizarse finalmente pasadas las 17hs.
Se armaron los barcos de nuevo y salimos. El viento había borneado 180 grados y ahora soplaba del Norte muy levemente, algo que nos habian advertido era muy extraño(por las mañanas podria arriesgarse que generalmente "no hay viento"). La cancha fue boyada de nuevo pero esta vez, como la largada no estaba perpendicular al viento, la boya que estaba, digamos, a babor de la flota era la que estaba más a barlo. Nosotros dormimos y largamos como en una regata normal, casi solos, en la boya de la derecha con buenas. Quedamos muy atrás y ceñimos hasta la otra boya, la derivamos y pusimos popa, pero el viento borneo 180 grados de nuevo y aumentó su intensidad notablemente hasta unos 15 knts. Tuvimos que ceñir nuevamente hasta la boya del antiguo sota. Alli derivamos(SIC) y fuimos hasta la llegada en aleta, jajaja, si, ya sé que no se entiende nada, pero nosotros tampoco entendíamos mucho en ese momento.
Llegamos y a diferencia de las otras regatas, la lancha de comisión nos cantó el puesto: 34. El campeonato había terminado.
Encaramos rápido para la costa porque no queríamos que nos agarre de nuevo el ventarrón, que si entendieron bien todo lo anterior, volvia a soplar del Sur, y hasta se avistaba una nueva nube, que sopló con menor intensidad sobre el final del dia.
Finalmente, desarmamos el barco, devolvimos las cosas que teníamos que devolver, nos devolvieron a nosotros y ya entrada la noche estábamos listos para irnos cuando nos dimos cuenta que habían publicado las posiciones finales: 20/56 habíamos quedado, más de lo que podíamos imaginar...